Él y yo pasamos este tiempo comprometidos en un ritmo que no merece ningún reproche. Las horas transcurren burlando una soledad que se asoma a ratos. Yo analizo el día y vigilo el paso de la noche. Pero, ¿por qué la noche se vuelve a veces tan violenta?. Quiero dejar de abrumarme con argumentos que no tienen ningún sentido. Me veo vigilada por mí misma, las preguntas que me hago solo duplican esa vigilancia. No hay nada en qué pensar, solo sentir. Sentir.
domingo, 21 de febrero de 2010
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Te vi el otro día en el Museo con tu hermana. Estaba rico el café helado?
ResponderEliminarDale! quiero verte…
fuiste túuuu!!
ResponderEliminarjajajaja
me sorprediste =)
(estas loco)